Empezando realmente a crecer...
A nivel de
desarrollo personal, los tres primeros años de la ESO fueron muy monótonos, ya
que yo todavía no había madurado y mi ritmo de vida era muy constante,
estudiar, salir a jugar, y poco más, pero todo cambió radicalmente cuando
llegué a cuarto de la ESO, donde de cierta manera, dejé de ser una niña. A
partir de este momento sí que es cierto que comencé a notar un cambio en mi,
tanto mentalmente como físicamente, y me empecé a interesar por cosas que ya no
eran el fútbol, los estudios y ya está, sino que ya mis hormonas empezaron a
pensar por mí. De hecho, este año 2017 fue realmente importante para mí, ya que
fue el momento donde por fin conseguí aceptar mi sexualidad. La cosa es que,
como un año atrás, yo había empezado a notar que sentía cierta atracción por
las chicas, pero por diversos factores como miedo al rechazo por parte de un
sector de mi familia, yo intentaba reprimir mis sentimientos y autoconvencerme
de que yo era “normal” y no
“antinatural”, como tanto les gusta decir a ellos. Tristemente, esta situación
perduró durante un largo año, hasta que me dije a mi misma que se acabó, que me
daba igual si no me aceptaban por que más vale querer poco y querer bien que
querer mucho y querer mal, por lo que desde ese instante empecé a admitir abiertamente que me gustaban
las chicas y que no me daba ninguna vergüenza admitirlo, y eso supuso un gran
paso en mi vida, porque me hizo inmensamente más feliz. Así, en cuarto empezó
mi etapa más movida y conflictiva,con
fiestas, primeros amores… que además se fue intensificando a medida que pasaba
el tiempo, reanudándose en primero y hasta este momento en segundo, donde
considero que estoy en el momento más álgido de mi vida en ese aspecto, con más
ganas de salir a disfrutar y a vivirlo todo con los de mi entorno, aunque el curso de segundo no me lo permita como a
mí me gustaría
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